Por: Ginneth Perilla 8 A J.M.
En el mundo hay muchas problemáticas sociales, que cada vez llevan a un nivel más degradante la raza humana. Algunas de estas son: la violencia sexual, los conflictos culturales, políticos, económicos y la drogadicción, entre otros.
La pregunta es si sabemos cuáles son las raíces de estos conflictos sociales. Factores como el exceso de libertad, las malas compañías y el concepto erróneo de madurez, son algunos focos de estas problemáticas.
El exceso de libertad cuenta con fuentes como lo son los padres en onda, es decir aquellos adultos que intentan regresar a la época de la adolescencia, para estar a la par con sus hijos y que a su vez se desentienden de los mismos, ignorando muchas veces su paradero; ante la insistencia de los jóvenes, pidiendo libertad o independencia, los padres se muestran accesibles y fáciles de manipular, sin considerar la dependencia económica de sus hijos y el poder que esta les da. O simplemente padres que por la presión recibida en su niñez intentan que sus hijos no pasen por sus mismas experiencias desagradables.
Las malas compañías son aquellas amistades que están de adorno, sin brindar ningún apoyo ni consejo que sirva para bien. En la adolescencia es muy importante la amistad, ya que aquel que no tiene amigos tiende a sentirse solo y deprimido; pero es vital saber y aprender a elegir nuestros amigos, ya que de esta forma lograremos vivir nuestras experiencias constructivas o destructivas, agradables o desagradables, que ayudarán a formar nuestro carácter para bien o para mal.
La falta de madurez por lo general el principal causante de las problemáticas sociales y de las otras fuentes nombradas anteriormente; puesto que si no se tiene claro el concepto real de madurez, prudencia con que se gobierna el hombre, será modificado por los jóvenes y los llevará a caer en malos pasos, a no dejar crecer sus pensamientos éticos y morales, afectará en general a la sociedad cambiante en la que estamos viviendo.
Por eso mi consejo es que debemos elegir a nuestros amigos con prudencia, que madurar no es creerse grande, pasar por encima de otros, amargarse la vida y perder el niño que tenemos dentro; madurar es sentirnos orgullosos de quiénes somos y aceptar nuestros errores y aciertos, y que antes de hacer algo con nuestras vidas en esta etapa de adolescencia nos hagamos la pregunta: ¿ESTAMOS PREPARADOS PARA CRECER?
En el mundo hay muchas problemáticas sociales, que cada vez llevan a un nivel más degradante la raza humana. Algunas de estas son: la violencia sexual, los conflictos culturales, políticos, económicos y la drogadicción, entre otros.
La pregunta es si sabemos cuáles son las raíces de estos conflictos sociales. Factores como el exceso de libertad, las malas compañías y el concepto erróneo de madurez, son algunos focos de estas problemáticas.
El exceso de libertad cuenta con fuentes como lo son los padres en onda, es decir aquellos adultos que intentan regresar a la época de la adolescencia, para estar a la par con sus hijos y que a su vez se desentienden de los mismos, ignorando muchas veces su paradero; ante la insistencia de los jóvenes, pidiendo libertad o independencia, los padres se muestran accesibles y fáciles de manipular, sin considerar la dependencia económica de sus hijos y el poder que esta les da. O simplemente padres que por la presión recibida en su niñez intentan que sus hijos no pasen por sus mismas experiencias desagradables.
Las malas compañías son aquellas amistades que están de adorno, sin brindar ningún apoyo ni consejo que sirva para bien. En la adolescencia es muy importante la amistad, ya que aquel que no tiene amigos tiende a sentirse solo y deprimido; pero es vital saber y aprender a elegir nuestros amigos, ya que de esta forma lograremos vivir nuestras experiencias constructivas o destructivas, agradables o desagradables, que ayudarán a formar nuestro carácter para bien o para mal.
La falta de madurez por lo general el principal causante de las problemáticas sociales y de las otras fuentes nombradas anteriormente; puesto que si no se tiene claro el concepto real de madurez, prudencia con que se gobierna el hombre, será modificado por los jóvenes y los llevará a caer en malos pasos, a no dejar crecer sus pensamientos éticos y morales, afectará en general a la sociedad cambiante en la que estamos viviendo.
Por eso mi consejo es que debemos elegir a nuestros amigos con prudencia, que madurar no es creerse grande, pasar por encima de otros, amargarse la vida y perder el niño que tenemos dentro; madurar es sentirnos orgullosos de quiénes somos y aceptar nuestros errores y aciertos, y que antes de hacer algo con nuestras vidas en esta etapa de adolescencia nos hagamos la pregunta: ¿ESTAMOS PREPARADOS PARA CRECER?
No hay comentarios:
Publicar un comentario